Carlos Julio Duarte, es gerente
de una empresa, posee multiples estudios a nivel gerencial, con una gran capacidad para resolver problemas, pero últimamente no estaba cumpliendo con lo objetivos organizaciones. Los empleados no hacían su trabajo, las metas
organizacionales iban en picada, el clima organizacional llegaba a ser hasta hostil
y por más empeño que le ponía al trabajo no salían del atolladero. Ya ir a
trabajar era una tortura.
Un día se despierta muy temprano
con un fuerte dolor de cabeza. Llama a la oficina y notifica que no iría porque
se sentía mal. Carlos se tomo una pastilla para el malestar, se recostó por media hora.
Al levantarse recordó que había leído
en un artículo sobre la Programacion
Neurolinguistica alli afirmaban que haciendo pequeños cambios en la conducta
podia obtener grandiosos resultados, en ese momento se pregunto “¿Cómo lo hago?”. Empezó un proceso de investigación.
Lo primero que debía hacer Carlos
Julio es conocer la manera de comunicarse. Muchas veces pensamos que las
personas solo se expresan con las palabras, pero no es así. Podemos percibir el
mundo utilizando el sistema VAK. Existen individuos que su canal de
comunicación de preferencia es el visual, para otros es el auditivo y otras
personas inconscientemente optan por el Kinéstesico (gusto, olfato y tacto).
Cuando se tiene claro que las
personas tienen canales de preferencia de comunicación, lo siguiente que se
debe hacer es una autoevaluación. ¡OIRSE! (en todos los sentidos). En ese momento Carlos Julio cayó en
cuenta de muchas cosas. En ocasiones llegaba directo a su oficina, sin siquiera
soltar unos buenos días, olvidando que los nuevos enfoques de gerencia estan orientados al capital humano.
Carlos Julio empezó a tomarse el
tiempo para respirar y calmar la mente. Partiendo de eso, pasó de tener
reacciones reactivas a proactivas. Además encontró siete herramientas que
ofrece la programación neurolingüística: Relajación, Calibración,
Sincronización, Modelaje, Anclaje, Reencuadre y Rapport.
Ya Carlos Julio se había dado
cuenta que respirar era algo fabuloso, utilizando la calibración estaba
haciendo esos pequeños cambios internos. Ahora le tocaba la sincronización, ser
congruente con lo que piensa, habla y hace. Tenía que modelar y tomar un patrón
de las cosas que debía cambiar. Él también se dio cuenta que tenía que tener un
anclaje, osea, un recuerdo feliz, una música, olor, imagen, sensación, dependiendo
de nuestro canal de preferencia. Luego reencuadrarse, es decir proyectar a los demás
esos pequeños cambios. Para culminar con el rapport que es la mezcla perfecta
de todo lo anterior y poder desarrollar empatía con los demás.
Al poner en práctica todos estos
conceptos que ofrece la Programación Neurolinguistica. Carlos Julio empezó a
obtener mejores resultados en todos los aspectos de su vida. En un trabajo de
hormiguita empezó a contagiar al equipo con su cambio de actitud, una
simple sonrisa, al llegar unos buenos días. Empezó de manera gradual y en
efecto dómino un cambio en el clima organizacional.
Llego un momento que el gerente
de la empresa se sentía motivado, con una óptica de la vida distinta, logrando
entusiasmar al equipo para cumplir las metas organizacionales,
incorporando como premisa: “la cultura de cumplimiento es contagiosa”.
La
gerencia vista desde otra perspectiva.
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Edgar Salvador Millán Torres
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